Estudios internacionales indican que cerca de 1000 millones de cartuchos de tinta a nivel mundial (32 en España) aunque estas cifras son difíciles de confrontar, puesto que la concienciación social tiene puesto el foco en otros elementos contaminantes. Actualmente un cartucho de tinta, a parte de los aditivos y componentes de la tinta contaminantes, tienen componentes metálicos peligrosos para nuestro entorno y el plástico de su estructura. Un consumible de tinta tarda 450 años en eliminarse del medio ambiente. Reciclar este tipo de residuos evita generar miles de millones de toneladas de residuos en nuestros vertederos (España no regula este aspecto y el vertedero es el destino más común de la mayoría de los cartuchos, Holanda y Francia ya han prohibido esto). Además, reciclar, no sólo permite reducir el volumen de residuos, si no los recursos (electricidad, petróleo, etc…) necesarios para su fabricación, puesto que se reutiliza tantas veces como aguanten estos componentes. Hace falta que la sociedad se conciencie y exija a las autoridades que limiten la obsolescencia prematura de los componentes. Como sociedad, deberíamos penalizar a las marcas que utilizan estas tácticas como figura principal de crecimiento.

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